Un menú de vinos tiene que de alguna manera expresar una idea de que clase de restaurante uno tiene, de alguna manera debe ofrecer la suficiente variedad para que una amplia cantidad y variedad de publico encuentre que seleccionar.
La selección, como decía anteriormente, debe ser meticulosa pero también debe limitarse al presupuesto de compra de cada establecimiento, y adecuarse siempre al segmento de mercado al que se dirige el local. Lamentablemente lo más difícil es acertar antes de abrir el negocio, una vez el negocio este abierto el público hará de apoyo para la confección del nuevo menú.
Lo más difícil es ponerle precio a los vinos, la formula mundial era, hasta antes de la crisis que ocupa el mundo, multiplicar el costo por tres era lo habitual aunque en Panamá tradicionalmente siempre se multiplico por dos, es decir, por cada botella vendida lo normal en la ciudad era poder comprar dos. Esta formula ha sido casi destronada primero por la venta a precio mínimo so pretexto de la inversión en cristalería y cava, así por ejemplo, en mi restaurante no se vende ningún vino a menos de 18 dólares con la escusa de que las copas y la cava cuestan. Segundo, la nueva tendencia es no cobrar tanto en la comida y apretar en la bebida, hoy por hoy son muchos los restaurantes en que su carta de vinos esta multiplicado el costo por tres hasta por cuatro. La política de preciso es una cosa conflictiva porque mientras la gente esté dispuesta a pagar lo que le pidan los restauranteros irán aumentado los precios, lo que se ha convertido en una tendencia en Panamá se ha convertido en todo lo contrario en Europa, así en España muy pocas veces se multiplica por dos , se multiplica por 1.5 buscando mayor consumo y a quien se aprieta es a los distribuidores para recibir mejores precios de compra o ofertas para bajar costos. La situación es difícil puesto que nuestra moneda con la moneda europea está en una posición desfavorable y eso encarece los vinos de origen europeo una barbaridad, si a esto se le suma la poca clarividencia de las aduanas al tasar el costo del transporte como costo de la mercancía y así , lo grava con impuestos de introducción, total los vinos nos llegan con un sobre costo de aproximadamente un 40% al mercado haciendo prácticamente imposible su fácil venta, si le sumamos los márgenes de Panamá de hoy un vino de 20 dólares costo en distribuidor suele venderse sobre los 65.00 dolares al publico de un restaurante, mientras que en Europa ese mismo vino esta sobre los 22 euros en restaurante. Asi las cosas se esta aumentando la venta de trago y disminuyendo la venta de vino porque nos hemos pasado los restauradores subiendo demasiado el producto y encareciéndolo en demasía haciendo que sea poco deseable tomar vino en un restaurante.
Abogo por regresar al pasado en este tema y reducir los márgenes de beneficio para aumentar el volumen de venta ayudando además a mejorar la salud de nuestros clientes puesto que el vino, como antioxidante y en mesura, es muy bueno para la salud.
Buen provecho.
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