La cena maridaje fue todo un éxito, casi logre que todos los platos combinaran a la perfección con los vinos de la bodega Peñalba Lopez. Para maridar hay que tratar de combinar los sabores del vino con los sabores de la comida, la idea es que unos no opaquen a los otros sino que se complementen en prefecto matrimonio. Muchas veces basta con leer lo que los expertos dicen de los vinos, en cuanto a sabores, para buscar con hierbas aromáticas y sabores el matrimonio, otras veces es necesario experimentar probando vinos y comidas para tratar de hallar el balance, pero lo más importante es evocar la memoria gustativa que uno tiene para tratar de dar en el clavo, básicamente este es el método que yo uso, la memoria me hace evocar los sabores de los vinos y trato de combinarlo con las comidas. Normalmente estas cenas o almuerzos sirven para demostrar la capacidad del chef de encontrar esos sabores tomando riesgos o no con los matrimonios para cada vino, sin riesgo no hay divertimento así que para esa noche arriesgue con el vino reserva un plato de mero con vegetales salteados con mejorana y una crema de hongos, francamente la idea era neutralizar la madera del reserva con un sabor a tierra poderoso que me dio la crema de hongos, los efluvios de bosque y frutas del mismo los case con el aroma a mejorana y la textura del mero me añadió suntuosidad junto con la crema de la salsa para aterciopelar el final sedoso del reserva.
Casi todos dirán que habladurías del loco del chef pero eso es lo que uno hace o al menos intenta, al final todo fueron halagos tanto por parte del público como por parte del ilustre visitante que nos acompaño en la cena.
Normalmente el maridaje se hace difícil en una cana o almuerzo corriente puesto que el comensal pide el vino que le gusta y la comida no siempre va a combinar con ese vino, desaconsejado esta el limón, la alcachofa y los espárragos con cuasi ningún vino porque los niveles de acidez hacen de difícil combinación con ningún caldo. Pero claro quién le dice eso a un cliente sin que se moleste, así que normalmente en un restaurante aconsejamos un vino que combine con casi todo si nos lo preguntan si no lo hacen y piden lo que más les apetece no pasa nada porque eso es lo que quieren ahora si se dejasen haría más fácil que empezasen por escoger primero el vino para ver después que comida podría de alguna manera llevarse bien con ese vino y ahí si se podría ayudar bastante pero eso a veces cae antipático o rozando casi lo grosero por aquello de que pareciera que quieres imponer, así que lo mejor es hacer cenas con menú cerrado para poder hacer maridajes cercanos a la perfección o cometer errores mayúsculos y dañar una cena porque no siempre uno acierta en sus criterios porque para gustos los colores…..
Buen provecho.
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