El calamar es uno de los mariscos más versátiles que tenemos para cocinar. Pero las tradiciones son las tradiciones y no hay nada como unos calamares en su tinta hechos a la manera tradicional con su miga de pan para espesarlos, triturar la salsa y después colarla para que nos quede a la perfección.
Pero hay que rizar el rizo y no basta con los calamares tal cual hay que rellenarlos del mismo calamar picadito con un poquito de camaroncitos y un refritito de verduritas para hacer un plato maravilloso, acompañado de arroz simplemente blanco o con papas hervidas hará las delicias de cualquiera.
Porque no probar de rellenarlo de queso manchego y simplemente ponerlos a la parrilla con un acabado de picada de ajo y perejil con aceite de oliva. Mas opciones, con las frituras, una simple romana o la preparación de la tempura con panko al final o simplemente un empanizado de los clásicos y la delicia en que se vuelve un marisco tan resbaloso.
Si la dieta es la que manda, que tal simplemente a la plancha con su sal Maldon al sacarlos de la parrilla para que se derrita simplemente por encima, un chorrito de aceite extra virgen de verdad y manjar de Dios para el que lo disfrute.
Arroz negro con alcachofas de las frescas y su ajo aceite con perejil, combinan con los trocitos de calamar rehogados para finalmente añadirle el caldo ennegrecido con la tinta del calamar y terminarlo al horno hasta que se pegue ligeramente la parte de abajo formando un concolón o un “socarraet” para que en el reparto del arroz el ultimo pueda saborearse la paellera.
En fin el cefalópodo da de sí como uno quiera para deleitarse más o menos sofisticadamente según la capacidad culinaria o el apetito o la oportunidad. Barato en la mayoría de las ocasiones ,poco rendidor por aquello de que encoje, fácil de preparar que lo único que debe uno pensar es en cocinarlo poco o muchísimo ,no acepta términos medios porque si no se vuelve una goma de mascar desagradable e incomestible, pero así es el animal.
Las patitas de los calamares, en Panamá, las hemos transformado en algo delicioso que son las famosas arañitas fritas, deliciosas siempre y cuando el aceite que las frio este limpio y perfecto. Además para que estén deliciosas tienen que quedar crocantes y nada grasosas, para que estén mas apetitosas se pueden acompañar de alguna salsa mas picante o menos o una simple y aburrida salsa tártara. Como son crocantes son una buena escuela para enseñar a los niños a comer calamares, normalmente las frituras crocantes les suelen gustar a los niños.
Buen provecho.
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