martes, 15 de noviembre de 2011

Gastonomia chiricana

Estas fiestas patria viajamos con la familia a Chiriqui y aprovechamos para comer en ciertos lugares que como no son de la capital me atreveré a reseñar para ustedes. Recomiendo un resturante-hotel en Santiago, La Hacienda, es un lugar muy limpio, de decoración mejicana campestre en cuyo comedor uno puede disfrutar de buenos sándwiches y de ciertos paltos de cocina mexicana así como criollos y de cocina internacional, el servicio es atento y la calidad de la comida es mas que correcta, los precios accesibles y en general es un buen sitio para parar antes de continuar camino ya sea hacia la capital o hacia Chiriqui. Ya en Volcán recomiendo , sobretodo, si hay niños en la familia, Kids World, tienen maquinitas de juegos y distintas cosas para entretener a los mas chicos y los adolescentes tempranos, tienen pantallas para ver deportes y tienen diferentes aéreas para disfrutar de distintos ambientes. El área, digamos así, de terraza cubierta es agradable y las pizzas y ensaladas son buenísimas, pero lo mas sorprendente fueron los rollitos de sushi, impresionantes por su tamaño y por su calidad y encima a un inmejorable precio. El servicio muy atento y dispuesto, recomiendo los aros de calamares fritos que estaban de muerte lenta. Tienen una muy buena carta de vinos, para lo que es el interior, pero les falla un poco la temperatura puesto que la cava no es del todo climatizada pero teniendo en cuenta la temperatura ambiente del lugar no son intomables, ojala muchos restaurantes de la capital se preocuparan, como ellos lo hacen, por tener buenos vinos y a una buena temperatura. La chef, muy cariñosa, atiende a todo el mundo personalmente en el comedor chico haciendo todavía mas agradable la vista a este lugar. Visitamos, en Petit comité, también el restaurante Cerro Brujo, regentado también por una chef, la experiencia fue muy grata porque se trata de una comida más elaborada, de lo que es habitual en el área, con muchos detalles creativos y sabores muy distintos. Es un pelín lento pero también se entiende puesto que es chico y lo maneja la chef de una manera muy personal, sorprenden los platos deliciosos que prepara y las porciones son bastante generosas, el precio muy correcto y la calidad elevada, la lástima es que no tiene carta de vinos y solo ofrece vino de la casa. Pero es una experiencia que deben probar, vale la pena llegar a esa casa rustica a comer o cenar, la chef es además muy simpática y agradable. En fin tienen unas sugerencias agradables si deciden viajar hacia Chiriqui, que por cierto es una bella tierra para visitar y disfrutar del paisaje. Buen provecho.

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