martes, 15 de noviembre de 2011

Las propinas

Leí con atención un artículo de opinión de un ex alumno mío sobre las propinas. Lejos de polemizar me gustaría que la gente entienda que el cobrara la propina es prácticamente un delito. Delito porque no es obligatorio y es forzar a un cliente a pagar algo que no le corresponde por obligación, delito porque normalmente no se declara como ingreso ni por parte de las empresas ni tan siquiera los que reciben el beneficio final lo declaran de ninguna manera. Aclarando el restaurante que las cobra no las declara como ingresos y el salonero que las recibe no las declara tampoco so pretexto que no son ingresos fiscalizables. Si a esto le unimos el que muchos restauranteros inescrupulosos se quedan con una parte de estas propinas o servicio para cubrir las roturas y desapariciones de vajilla, cubertería y cristalería. Realmente el cliente, en teoría, las otorga para agradecer la atención recibida, pero hay que recordar que esa atención de alguna manera es obligatoria por el salario que reciben los que también reciben esas regalías. Sin duda el cliente trata de obtener unas atenciones fuera de lo habitual por parte de las personas que lo atienden aunque muchas veces reciben el mismo trato que todo el mundo o incluso peor que otros que suelen dar más propina, el cobrara las obligatoriamente en algunos establecimientos crea, a mi entender, una insatisfacción tanto en el que atiende como en el atendido. El que atiende como sabe que de todas maneras su esfuerzo o no será recompensado no pasa de hacer lo debido sin ir mas allá, y en el atendido crea la sensación de que aunque no se sienta bien atendido le costara lo mismo que si lo atiende mal. Un restaurante debe ofrecer un servicio completo, debe estar limpio, debe estar ordenado, deben servir buena comida, deben atender a los clientes bien, esa debe ser la filosofía. Pero si estas cosas sobrepasan el estándar entonces el cliente debe ser libre de premiar estos actos con la cantidad o el porcentaje que desee. El hecho de que se trata de ayudar a los que reciben estas dadivas hace que los empresarios lo utilicen de escusa para mantener salarios bajos so pretexto de que aparecerán los ingresos adicionales en forma de propinas. Esto es un arma de doble filo porque vuelve injusto el sistema fiscal, puesto que muchos saloneros superan los ingresos anuales gravables con el impuesto sobre la renta pero no declaran estos ingresos puesto que en ningún lugar aparecen. En el caso de los restaurantes y hoteles que lo cobran por obligación es más grave puesto que tampoco aparecen como ingresos del negocio ni tan siquiera la manera en que se reparten ni se le descuenta al empleado nada para el impuesto sobre la renta y es más grave porque no aportan nada la CSS sobre estos ingresos adicionales. Pero no todo es negativo porque estos ingresos adicionales hacen que el poder adquisitivo de estos empleados que reciben las propinas sea superior a la media de empleados nacionales lo que hace que consuman mas y tengan más dinero para ahorrar o para gastar. Es un tema delicado porque tiene muchos enfoques positivos y negativos pero es peligroso para la industria turística el que se cobre sin una ley que lo regule. Buen provecho.

No hay comentarios: